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Responsabilidad afectiva


En la actualidad se mantiene una conceptualización más abierta en relación con la autonomía sexual, los vínculos afectivos ya no son necesariamente algo fijo donde reina la monogamia y la heterosexualidad, sin embargo, no podemos dejar de lado dos palabras importantes, responsabilidad y compromiso, las cuales son la base para mantener un equilibrio en esta libertad, implicando un acuerdo mutuo con las personas que se mantiene un vínculo romántico o sexual.

Además, la comunicación asertiva es fundamental, puesto que el saber, el cómo y qué se está expresando establece una línea de diálogo clara y honesta que ayudará a prevenir, solucionar y superar diferentes conflictos que pueden llegar en el camino de la relación. Por otro lado, el establecer acuerdos que las partes van a permitir y tolerar permite que no exista una confusión, esto implica ser específico con los vínculos afectivos que construimos con otras personas, teniendo en cuenta que cada persona mantiene un mundo emocional y que puede o no ser distinto al nuestro.

El hablar de ser empático con la otra persona y no tratarlo como un objeto, el cual lo desecho una vez que ya no me sirve o me sea incómodo, no es una opción viable en ningún tipo de acuerdo, es por ello que lo principal que se busca es una autorresponsabilidad donde nos conocemos y somos honestos con lo que buscamos para que la persona tenga la libertad de elegir aceptar las condiciones planteadas o las rechaza porque no era lo que esperaba. Esta responsabilidad deja claro que no se puede estar en una relación a través de autoengaños por no saber cómo hablar directamente con la persona de que es lo que busca; es decir, que siempre hay que ser sinceros con nuestros deseos y expectativas.

También el invalidar las opiniones que tiene la otra parte será uno de los primeros pasos para distinguir que debe existir una confrontación con los acuerdos establecidos, dentro de este punto es necesario comentar que los demás no pueden adivinar el cómo te sientes, así que lo mejor es detallar el que sientes ante determinada circunstancia, debido a que una comunicación basada en engaños fomenta verdades a medias y supuestos que termina formando vínculos afectivos que llegan a ser tóxicos para ambas partes.


Por consiguiente, dejar claro que la responsabilidad afectiva no trata de alcanzar una perfección utópica, lo que se busca con esto es llegar a un punto de equilibrio en donde el hablar con respeto, empatía, establecer acuerdos, límites con el propósito de respetar a los demás y en caso de existir una equivocación o un conflicto se asume las consecuencias y se busca una solución que resulte funcional para las partes involucradas.

Para finalizar te dejamos algunas pautas importantes en trabajar para el desarrollo de esta responsabilidad. Sabes, ¿qué es lo que te gusta y lo que no te gusta?, ¿Supones de situaciones que no te comentan?, ¿Cuáles son tus responsabilidades y cuáles no?, ¿Tu manera de comunicación al compartir tus ideas es de manera empática y asertiva?, ¿Comprendes que la otra persona tiene una historia de vida diferente a la tuya?, ¿Entiendes los sentimientos y necesidades de la otra persona? Cada una de las preguntas planteadas busca el que mantengas un punto de vista crítico y reflexivo, así que analiza tus respuestas y observa ¿cuál es tu manera de relacionarte con las personas que tienes en tu contexto?


Referencias


Bauman, Z., & Rosenberg, M. (2021). Amor Líquido. Acerca de la Fragilidad de los Vínculos Humanos: 0 (Primera edición). Fondo de Cultura Económica.

Cerro, M. y Vives, M. (2019) “Prevalencia de los mitos del amor romántico en jóvenes”. OBETS. Revista de Ciencias Sociales, 14(2): 343-371. doi: 10.14198/OBETS2019.14.2.03


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