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HAY MUCHO MÁS EN UN SUICIDA QUE LA FALTA DE GANAS DE VIVIR

“Pero al final se necesita más valor para vivir que para suicidarse” – Albert Camus

La Organización Mundial de la Salud menciona que el suicidio se encuentra dentro de las principales 20 causas de muerte de todas las edades en el mundo. Septiembre es reconocido como el mes de prevención contra el suicidio, por ende es menester hablar acerca de todo aquello que rodea un tema tan delicado de ser tratado, no solo por la connotación del resultado del acto de suicidio, sino precisamente por la manera en que ciertos actos o palabras pueden disparar dicha conducta en las personas. Referimos principalmente que el suicidio es un problema de salud pública importante que en general tiende a ser descuidado, estigmatizado y suele acompañarse de varios mitos e inclusive tabúes; es importante recordar que el suicidio no solo afecta al individuo que lo comete sino a su familia e incluso a la comunidad en la cual se desenvuelve.

El suicidio muchas veces es visto como una salida rápida a las penurias de las personas, eso claro para los prejuicios sociales sobre el tema. Para alguien sumido en la idea del suicidio no es una solución rápida, pues, en su mente rondan mil pensamientos antes de tomar una decisión, cercados por factores que influyen en su decisión como por ejemplo trastornos mentales, consumo nocivo de sustancias, pérdidas constantes en la vida entre familiares y cuestiones materiales, dolores crónicos o enfermedades catastróficas, desesperanza e inclusive antecedentes sobre este acto dentro de la familia, la segregación en su entorno por cualquier motivo, conflictos en sus relaciones personales y dependencia emocionales.

Existe siempre una división de las personas entre su deseo de morir y su anhelo de seguir viviendo, aun cuando puede pensarse que si se habla de suicidio necesariamente se tiene una decisión absoluta de que no existe valor en su existencia. El solo hecho de que las personas hablen sobre su deseo de morir representa una expresión de sus emociones que bajo el estímulo de apoyo eficiente puede ayudar a evitar el resultado fatal. Entonces, ¿Qué podemos hacer por una persona con riego a cometer suicidio?

Lo primordial es identificar los factores de riesgo, pero no presionar a averiguar directamente sobre su deseo de hacerlo, pues ello representaría un factor que detone el cumplimiento de la conducta, por otra parte, es importante observar los factores que pueden proteger a la persona que pasa por situaciones adversas que pueden traer consigo la idea del suicidio. Entre estos últimos podemos hablar acerca de la capacidad de resolución de problemas y las habilidades para las relaciones sociales, la receptividad para aprender y continuar con actividades que son del interés de la persona, la autoestima, situación laboral estable, apoyo familiar, valores positivos, integración social y familiar e incluso la disponibilidad de medios de atención en salud mental.

Las personas con riesgo de suicidio requieren una comunicación afectiva eficiente que no los juzgue por sus pensamientos y valore su deseo de hacer algo diferente, se requiere una escucha activa que empatice con la persona y pueda brindarle confianza para presentar sus perspectivas y comprenda sus circunstancias. Es necesario ese acompañamiento y la posibilidad que se les dé para expresarse, la presencia que los haga ver que si bien sienten que no tienen nada, tienen apoyo y un interés real por sus problemas. Porque es importante recordar las palabras de Emilie Otoño “Nada en mi vida me ha hecho querer suicidarme más que la reacción de la gente a mi intento de suicidarme”. Brindémonos la oportunidad de enfocarnos en las personas de nuestro entorno, no solo de nuestra familia, amigos o pareja, tomemos la iniciativa de observar a las demás personas de nuestro entorno, para que de esta manera podamos prestar mayor atención ante conductas de tristeza, irritabilidad, desesperanza y la tendencia a sentirse agobiado la mayor parte del tiempo, puesto que puede marcar la diferencia para los familiares de esa persona.



Referencias

Gerstner R., Soriano I., Sanhueza A., Caffe S., Kestel D. (2018) Epidemiología del suicidio de adolescentes y jóvenes en Ecuador. Rev Pan Am Salud Publica.. https://doi.org/10.26633/RPSP.2018.100

HealthyChildren (2022). Riesgo de suicidio adolescente: qué deben saber los padres. Recuperado de: https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/emotional-problems/paginas/which-kids-are-at-highest-risk-for-suicide.aspx

 
 

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