El duelo no sólo se trata de la muerte…¿o sí?
- Salud Mental Ecuador
- 18 jul
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 22 jul
Psic. Camila Cobeña
Tod@s conocemos a alguien que ha migrado, ya sea familiar, un vecin@ o una amistad, lo cierto es que la migración se encuentra presente en la vida de casi todas las personas en el mundo. Tan sólo en Ecuador, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos calculó que al menos 3.145.428 ecuatorianos y extranjeros salieron hacia otro país (INEC, 2024). Mientras que, de acuerdo a la Encuesta de Intenciones y Dinámicas Migratorias en el país (ENEDIM), aproximadamente 1,2 millones de ecuatorian@s piensa en migrar al extranjero en algún momento (OIM, 2024).
Las razones son diversas, pero sin duda, las que ocupan los primeros lugares son el desempleo, nivel educativo deficiente y la desigualdad económica, sin mencionar la ola de inseguridad que actualmente vivimos a nivel nacional (Macias, Allán, Cedeño, Rivera, & Bernal, 2024). Lo cual nos orilla a actuar de forma radical y a tomar decisiones que nos permitan generar recursos para compensar las deficiencias que ya existen en el país de origen y una de ellas es la migración, la cual se divide en dos tipos: interna y externa (o internacional). En este caso, nos referiremos específicamente a la migración internacional.
La cual, como su nombre lo indica, implica un desplazamiento entre países, dando como resultado el cruce de una frontera (Valente, 2012) y cuando esto ocurre, las personas se enfrentan a un sin número de estresores propios de un cambio geográfico, más las condiciones posmigratorias como el idioma, que permitirá o dificultará la comunicación de nuestras necesidades y deseos, así como los permisos de residencia o trabajo, que condicionarán las aspiraciones profesionales y personales de cada individuo (Ansehensel, 1992). Y con todo ello, llega algo que todas las personas que han migrado han experimentado en algún momento de su proceso de adaptación: el duelo migratorio.
El cual es una respuesta natural ante las pérdidas que trae consigo la migración y, por ende, hace referencia a todo lo que se deja atrás en el país de origen. Y no se trata de algo exclusivamente material y/o emocional, porque también hablamos de que la personalidad se ve afectada, ya que esta debe reorganizarse para que el individuo sea capaz de sobrellevar la carga emocional que requiere dicho proceso. Siendo así que este duelo se divide en tres niveles. El primero de ellos corresponde al duelo simple o aquel que logra manejarse “adecuadamente”, tenemos también el duelo complejo o aquel que presenta dificultades serias para poder ser sobrellevado y el duelo extremo o cuando las capacidades de adaptación del sujeto se sobrepasan sin poder elaborarlo con éxito (Achótegui, 2019).
Pero ¿de qué nos sirve conocer todo esto relacionado al duelo migratorio? Respuesta corta: no podemos manejar aquello que no logramos reconocer en primer lugar.
Entonces, tener una base de la cual partir es necesario antes de abordar estrategias que podrían (o no) ayudarnos a transitar este proceso. Aquí también es necesario resaltar que el duelo es un proceso muy personal y cada individuo hace lo que puede, con lo que tiene.
Desafortunadamente no existe una fórmula mágica para atravesar este proceso, pero sin duda existen herramientas que nos pueden servir como una “pequeña linterna”.
Redes de apoyo: Buscar grupos que compartan algo en común contigo, clubes de lectura, grupos de la iglesia, de algún deporte o incluso grupos de otros migrantes, etc. Y también es importante que mientras intentas crear vínculos nuevos, te apoyes en los que ya tienes por medio de actividades que puedan disfrutar a la distancia (fijar videollamadas en horarios específicos, ver una película, preparar algo de comer). Aquí la creatividad puede ser su mejor aliada.
Practica tus costumbres o tradiciones preferidas: Si hay algún plato típico, alguna costumbre que puedas replicar en donde te encuentres ahora, hazlo y permítete conectar con aquello con lo que te identificas.
Autocuidado: Crea un espacio en tu agenda y (cuando sea posible) tómate un tiempo para cuidar de ti, prepararte algo que te guste, para darte un baño relajante, practicar algún deporte o simplemente para darte una pausa (Baños y Botella, 2010).
Sé que la experiencia de cada persona que migra está marcada por realidades distintas. Por eso, me gustaría leerles en comentarios: ¿qué “linternas” te han acompañado en tu proceso?
Para cerrar, me gustaría recordarte que el duelo, en general, es un proceso para nada lineal y que está bien extrañar aquello que una vez fuimos y conocimos. Pero te aseguro que no será lo único que te traerá alegrías y esperanza. El mundo es enorme y con él las posibilidades de re-construir(te).
Referencias
Achotegui, J. (2019). Migrants living in very hard situations: Extreme migratory mourning (the Ulysses syndrome). Psychoanalytic dialogues, 29(3), 252-268. https://doi.org/10.1080/10481885.2019.1614826
Ansehensel, C. S. (1992). Social Stress: Theory and Research. Annual Review of Sociology, 18, 15-38. https://doi.org/10.1146/annurev.so.18.080192.000311
Baños, R. M., y Botella, C. (2010). Programa de intervención en duelo migratorio y estrés aculturativo. https://idus.us.es/bitstreams/ad9cd1e1-b4b4-4e30-97ff-b3b3fc6e4a7a/download
INEC. (2024). Instituto Nacional de Estadística y Censos. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/entradas-y-salidas-internacionales/
Macias, K., Allán, T., Cedeño, N., Rivera, J., y Bernal, J. (2024). Determinantes y tendencias de la migración en Ecuador: Un análisis econométrico. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, 5(5), 968. doi:https://doi.org/10.56712/latam.v5i5.2660
OIM. (2024). OIM Ecuador. https://ecuador.iom.int/es/resources/analisis-del-flujo-migratorio-de-poblacion-ecuatoriana-hacia-el-extranjero
Valente, M. R. (2012). Guía para el estudio de la Demografía: Algunas consideraciones teóricas. Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela.
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