
En esta época navideña en donde se tiene diferentes contactos sociales y se considera que son fechas de paz y amor, existen personas que comienzan a reflexionar con base en sus proyectos del año, también revisan si sus propósitos del año anterior fueron alcanzados o no. Las familias tomarán una postura reflexiva acerca de que si tomaron las decisiones correctas durante el año o si brindaron la suficiente atención a sus seres queridos. Aquí es donde toda esta reflexión constante llega a unos puntos muy sensibles de la persona y en ocasiones el individuo puede verse bloqueado antes todo el resultado de esta reflexión.
Es por ello que se puede llegar a un estado depresivo que se lo define como depresión blanca y es un término que se utiliza para referirse a la depresión que afecta a las personas que viven en regiones con largos períodos de tiempo nublado o con poca luz solar durante el invierno. A veces también se le llama trastorno afectivo estacional (TAE). Puede ser especialmente común en personas que viven en zonas del círculo polar ártico, donde los días son extremadamente cortos durante el invierno y el sol no se levanta por encima del horizonte durante un período prolongado de tiempo.

Los síntomas de la depresión blanca pueden incluir fatiga, tristeza, pérdida de interés en las actividades que normalmente se disfrutaba, cambios de peso y apetito, problemas para dormir, dificultad para concentrarse o pensar claramente y sentimientos de inutilidad. Esta depresión puede tratarse con terapia, medicamentos o una combinación.
Y ahora la pregunta es ¿Cómo se relaciona este trastorno en esta temporada del año?, la pregunta se responde sola cuando mantenemos una visión global de las personas de nuestro contexto. Algunas personas pueden estar tan eufóricas por todo el coctel de emociones que sienten en cada uno de los eventos sociales a lo que deben asistir en esta temporada. Sin embargo, debemos ver la otra cara de la moneda cuando observamos a personas que son introvertidas, siendo obligadas a esta interacción social abrumante; además, cuando llevan meses del año sufriendo de tristeza, anhedonia y una sociedad que los impulsa a mantener alto grado de socialización. Esto nos lleva a pensar ¿cuál es la postura que estamos manteniendo en navidad?, queremos compartir con otros o preferimos la soledad.

Por otro lado, la presión social para ser felices y tener un tiempo perfecto con amigos, familiares y compañeros de trabajo se vuelve casi una obligación. Es por ello que te queremos recordar que no estás solo y que hay formas de manejar estos sentimientos. Algunas sugerencias que pueden ayudar incluyen:
1. Acepta tus sentimientos: No trates de negarlos o reprimirlos. Aceptar que estás triste o deprimido es un paso importante para poder hacer frente a la situación.
2. Habla con alguien de confianza: Compartir tus sentimientos con un amigo o familiar puede ser muy útil. También puedes buscar apoyo a través de un terapeuta o un grupo de apoyo.
3. Mantente ocupado: Participar en actividades que te gusten y te hagan sentir bien contigo mismo puede ayudar a distraerte y a sentirte mejor.
4. Establece límites saludables: No sientas que tienes que hacer todo lo que los demás quieren durante la Navidad. Establece límites y asegúrate de tener tiempo para ti.
5. No te sientas presionado: La Navidad no tiene que ser perfecta. Trata de disfrutar de lo que puedas y no te sientas presionado por cumplir con expectativas imposibles.

Como conclusión tomemos como prioridad nuestra estabilidad y paz antes que el estar en algún tipo de evento social en trabajo, familia o amigos. Ponlo en la balanza y acepta los sentimientos asociados con él. Si entendemos por qué sentimos miedo, tristeza o alegría, nos permitimos sentir esas emociones en ese momento. Lo más importante de esto es vivir este diciembre y disfrutemos el tiempo compartido con nuestros seres queridos. Puede ser un pequeño cambio para el mundo, pero puede ser una gran diferencia para las personas con condiciones de salud mental inciertas. Si te sientes abrumado o estás pasando por una crisis, no dudes en buscar ayuda profesional.
Referencias
Gatón Moreno, M. A., González Torres, M. Á., & Gaviria, M. (2015). Trastornos afectivos estacionales, “winter blues.” Revista de La Asociación Española de Neuropsiquiatría, 35(126), 367–380. https://doi.org/10.4321/s0211-57352015000200010
Ivanovic-Zuvic, F., De, R., Vega, L. A., Ivanovic-Zuvic, N., & Correa, E. (n.d.). Enfermedades afectivas y actividad solar. Seguimiento a 16 años.
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