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Bipolaridad: más allá de los estereotipos


Cuando la gente escucha la palabra “bipolaridad” tiende a pensar en locura o una persona cambiante de un momento a otro, “estás muy bipolar hoy”. En realidad hemos usado mal esta definición muchas veces y poco sabemos realmente de lo que significa este trastorno. La bipolaridad es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza justamente por eso, cambios importantes en el ánimo. Lo que quiere decir, nuestra capacidad de experimentar y expresar las emociones se ve afectada por cambios bruscos que traen afectaciones en las distintas áreas de la vida de la persona.

Existen 3 tipos de bipolaridad, la tipo I, tipo II y cliclotimia. La tipo I está caracterizada por al me


nos un episodio de manía y episodios depresivos, el tipo II se caracteriza por episodios de hipomanía y depresión y la ciclotimia por cambios de ánimo no tan fuertes pero más frecuentes.

La manía es como un subidón en el estado anímico; tienen más energía, necesitan dormir menos, hay euforia, impulsividad, libido alto, e incluso ideas delirantes o alucinaciones. Como se darán cuenta es bastante notorio y usualmente hay conductas que son incoherentes y se requiere hospitalización y tratamiento farmacológico.


La hipomanía es un estado menos severo de manía y no llega a tener delirios y alucinaciones, pero si puede experimentar lo demás pero no tan notorio.

La persona con bipolaridad experimenta la vida de forma muy intensa, la felicidad es muy grande pero la tristeza es abrumadora y quita incluso las ganas de vivir. No es algo de “poner de parte” o quizá relajarse, es un trastorno que tiene afectaciones químicas en el cerebro (sobre todo el litio) que alteran el funcionamiento de una persona.

De las mejores personas que conozco son bipolares, he tenido muchos pacientes con esta enfermedad y son personas extraordinarias. Una de ellas tenía 2 maestrías y un PhD. Otra es de las personas más amorosas que conozco, otro es un docente excepcional, otra es excelente mamá.

La bipolaridad si bien, no tiene cura, es un trastorno que con terapia farmacológica y psicológica puede llevarse de manera satisfactoria y se puede tener una vida normal.

Es responsabilidad social el entender este trastorno al igual que otros en salud mental para así no estigmatizar a las personas que lo viven, que se permita vivir una vida plena y no ser tachados por algo que no depende de uno, como un problema al corazón o cualquier dolencia.

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